martes, 26 de marzo de 2013

Un año

Hace un año que  no escribo nada. Blog cambió mucho. Estuve como diez minutos hasta que varios cliks me derivaron en esta pseudo hoja de word.
Si hace un año que no escribo no es porque estoy teniendo una vida feliz o porque de pronto me amo y creo que puedo lograr todo lo que quiero. Saben qué? no pasó nada de eso. Nada ha cambiado desde mis post anteriores, de hecho todos son iguales. Escribo en este diario virtual desde 2008.
Supongo que si me ausenté tanto tiempo es porque me propuse "hacerme la fuerte" sí, que nadie supiera que sigo con los mismo mambos de siempre y es justamente eso lo que me lleva a recurrir al blog nuevamente.
No quiero levantar mierda, ya estoy cubierta hasta los hombros. No quiero dar lástima, no gano nada. Quiero cambiar, pero siempre doy pasos de bebé cuando todos a mi alrededor dan pasos de gigantes.
No conozco mucho de mi pero puedo asegurarles que lo poco de lo que estoy segura sobre mi me aborrece.
En fin, si vuelvo a escribir acá, no es una recaída, nunca hubo mucha evolución, sino una forma de sacarme la angustia de adentro y seguir, seguir como se sigue siempre. porque esto, no que pienso y siento no es una novedad para mi amigos y familiares lo he hablado mil veces, con ellos, con mi psicóloga conmigo misma y la verdad es que no quiero romperle más las pelotas a nadie. Voy a seguir haciéndome la fuerte, tal vez algún día me lo crea.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Tierra llamando a Juli

Quién no tuvo ganas de romper un espejo? Quién jamás se escapó a otra realidad? Me fui al mundo del otro lado del espejo. No es perfecto, no la paso mejor, sino todo lo contrario. Pero ese no fue el inconveniente. El problema es mi prolongada estadía, tan larga que ya no vivo en este mundo, vengo de visita algunas veces. 
Me olvido que en esta dimensión está mi verdadera vida, la que debo vivir. 
Del otro lado del espejo sólo hay laberintos de los que es imposible salir. Mientras al descuidar mi realidad, una daga de plata se incrusta en mis entrañas, machaca y rompe mis huesos. Una metáfora mata de forma más violenta y eficaz que cualquier tipo de arma. Siembra una angustia que carcome el alma. 
No puedo salir del laberinto, pero tampoco puedo vivir mi vida normal. 
Odio ese laberinto, me hace creer que soy la peor, que no tengo esperanza, que jamás voy a triunfar en nada, me petrifica en la pasividad, me imposibilita, me corta las piernas, me enferma. "Me quiero matar e irme" de este lugar siniestro creado por mi imaginación. 
Por eso me decidí a romper el espejo. Ese mundo pudo haber sido un lugar hermoso antaño pero hoy por hoy, prefiero mi realidad. 
Ya no puedo vivir en mi nube de ensueño, no puedo. El futuro que parecía tan lejano ya llegó, no estoy preparada y tengo miedo. No debería avergonzarme por lo que soy y debería prestarle más atención a mis seres queridos. Es por ello que romperé el espejo. PAZ ALLÁ VOY! 

domingo, 13 de noviembre de 2011

Bronca

Muchas cosas me dan bronca. Últimamente todo me molesta o me enfada y ya no tengo ganas de quedarme callada.
Me da bronca intentar hacer las cosas bien y que siempre me vaya mal. Me da bronca la impunidad, los favoritismos y la obsecuencia. Me da bronca la pendejada: que se rían a tus espaldas, que te insulten y que no vengan a decirte qué carajo les pasa, como si muchos años de compañerismo importaran tres carajos. Me da bronca pretender que las personas actúen como yo lo haría. Me da bronca que no me tengan en cuenta. ME DA BRONCA SER COMO SOY. Me da bronca que las cosas me importen el doble cuando a los demás les chupa un huevo. Me da bronca hacerme mala sangre. Me da bronca mi profesor de radio. Me da bronca ser colgada. Me da bronca ser egoísta. Me da bronca que la gente pretenda que yo sea un libro abierto. Me da bronca la gente que se queja de pelotudeces. Me da bronca que me ignoren. ME DA BRONCA ODIAR LEER LOS DIARIOS. Me da bronca no tener talento para las cosas que me gustan. Me da bronca no ser 90/60/90 y medir 1.60. ME DA BRONCA QUE ME DEN BRONCA LAS PELOTUDECES. Me da bronca que la gente pretenda mi plena atención cuando sólo me mandan mensajes para pedirme cosas y les importa un carajo saber como estoy (está bien, capaz que yo tmp lo hago). Me da bronca no ser una buena amiga. Me da bronca que a algunas de mis amigas les de lo mismo si estoy o no. Me da bronca ser paja. Me da bronca hacer todo a último momento. Me da bronca no dormir. Me da bronca que gente  ignorante hable de los medios como si estudiaran periodismo porque miran 678. Me da bronca no quererme como soy. Me da bronca tener que estar pendiente de la gente. Me da bronca la gente que dice "ai no te pongas mal por eso, podría ser peor, podrías vivir en África y morirte de hambre y enfermedades", locoo lo que te afecta, te afecta y punto.

Sí, además de ser repetitiva, no sé escribir y eso TAMBIÉN ME DA BRONCA.

jueves, 13 de octubre de 2011

Mi mayor error es pretender que las personas actúen como yo actuaría. Cuál es el inconveniente de que mi reloj marque los minutos más lento? Qué objetivo tendría alterar su orden natural? Cuando esas piezas, que están encastradas y sincronizadas unas con otras para que funcione correctamente la totalidad del aparato, se desprenden o rompen no hay otro desenlace que el caos. El reloj se desmorona, derrite, disuelve en un espacio  parecido a la nada.
Sí, mis tiempos son distintos, gracias por no molestarlos. Gracias por comprender y por no odiarme.
El contexto debe ser el indicado para dar una noticia. No me obliguen a hablar de algo de todavía mis entrañas no pudieron asimilar, es un proceso.
Necesitaba un contexto favorable. No lo obtuve, alteraron mi reloj biológico y me descompagine.
Sin contar la alergia y el malestar que me produce que haya una grieta profunda en mi relación con alguien.
No hay ni una pizca de falta de confianza. el problema es conmigo que tengo un reloj diferente y, por lo tanto, tengo otro momento pautado en mi agenda para decirlo. Sí, es mecánico y falto de poesía, pero así me siento con mi aparatito descolocado. Un poquito de respeto, no te enojes, no lo merezco. Tampoco merezco que me agredan la violencia simbólica o los malos entendidos por los cuales yo pretendo ser el sol y que todo lo basto del universo gire a mi alrededor. Justamente, ete aquí una de las razones por las que mi relojito gira más lento. Quién soy yo para cortar una charla para revelar una noticia NO consolidada como aquellas páginas en las redacciones de los diarios esperando el término de un acontecimiento.
Sin embargo entiendo el reproche, comprendo la reacción e interpreto que las cosas conmigo tal vez no sean las mismas, que mi vida pase de importar poco a no importar nada. Pero es simplemente por eso que mi mayor error es pretender que las personas actúen como yo actuaría (sí, redundo adrede).
Reitero no es falta de confianza, jamás. Soy un poco más cerrada y estoy llena de complejos, por eso mi reloj va más lento.  

jueves, 25 de agosto de 2011

Una cuestión vinculada a la mediocridad.

Según la Real Academia de la lengua Española, mediocridad f. Medianía. Refiere a una "Persona de poca importancia, talento, eficacia, etc"
Esto quiere decir que si los de la RAE me conocieran, seguramente pondrían mi foto en un diccionario. Mi psicóloga dice que todos somos mediocres y que sólo unos pocos son los afortunados virtuosos. Entonces, soy muy exigente por querer "ser la mejor"? Sí. No puedo ser perfecta. Soy un ser humano y cometo errores, no lo puedo tolerar. No puedo ser la amiga perfecta. 
Siento que hoy me he convertido en una máquina que destroza todo lo que toca y que posee un botón enorme redondo gigante y rojo carmesí que dice "Autodestrucción". Un botón muy tentador, de esos que llaman a ser tocados.
Soy una mediocre, no tengo la movilidad para hacer las cosas que quiero, nada me motiva lo suficiente. Hago mucho y a la vez no hago nada. Soy una medio y me voy a morir mediocre. Tendré 30 años y seré una desempleada mantenida por su padres.
Quiero ir a la agencia más seguido, pero no me llama, no me gusta, no hallo, no es mi lugar, no es mi profesión, no quiero leer los diarios, me aburren, todas las notas me parecen interesantísimas pero no puedo leer. El otro día me quedé dormida leyendo media nota de tapa.
Además no tengo tiempo, cómo carajo hace la gente para leer más de un diario todos los días.

En fin, jamás voy a poder ser nada de lo que yo quiero. La única nota que puede hacer fue una que me consiguió una amiga e hice todo mal. Definitivamente no sirvo para nada. 
No sé qué hacer para dejar de colgarme. Siempre lo hago, basta. Quiero dejar de defraudar a la gente. 
También, me tomo todo demasiado en serio. Quisiera NO HACER MÍAS LAS RESPONSABILIDADES Y CULPAS DE OTROS. 
Quiero ser fuerte y que lo que otros opinen de mi me importe poco. 
Quisiera estar bien ubicada en mi camino, pero no sé si este es mi camino. LO ÚNICO QUE PUEDO HACER ES DESEAR COSAS CUANDO DEBERÍA MOVERME PARA CONSEGUIR LO QUE ANHELO.  No puedo luchar contra mi pasividad. 
Soy conformista, soy la clase de gente que no quiero ser. BASTA, BASTA DE MI.
[Sí, ya sé que es fácil decirlo, que es una posición cómoda, todo lo que quieran (creen que no me frustra lo suficiente?). También, que mis problemas no son para tanto qué tengo todo para estar bien y que podría ser peor: podría vivir muerta de hambure en áfrica, si todo eso ya lo sé. GRACIAS]
Obviamente, no lo releí, ya está, soy un desastre escribiendo ya lo sé. Qué no sirvo para nada?? qué todo lo que escribo es una porquería?? SISI  ya sé, es noticia vieja, si estudiaras periodismo te morirías de angustia, como yo.
(también quisiera dejas de exagerar!  NO ME SOPORTO!)

martes, 16 de agosto de 2011

La vida me dio boca de jarro, siempre fui el último orejón del tarro

La ausencia no es sinónimo de felicidad, paz o superación personal. En mi caso significa falta de tiempo. Pero en qué pierdo tanto tiempo? siempre pierdo algo?
la energía no me alcanza, terminé comprendiendo porqué soy una egoísta: pienso en mi todo el tiempo, aunque sea para mortificarme. Aunque no es algo taaan absoluto.
Cuanto me cuesta exteriorizar algunas cosas, todo me demanda demasiado esfuerzo y aunque lo intente nunca es suficiente.
Nunca vas a poder ser la mejor, ni siquiera ser buena. Habrá algo hecho para mi??
Recuerdo cuando estaba en jardín de infantes y me puse a llorar porque no sabía atarme los cordones. Al tiempo terminé atándoselos todo el tiempo a mi mejor amiga. Siempre se puede, no?  NO? seguro?
Siempre quiero ser la mejor, pero no es tan así.
El otro día jugué al bowling, tiraba todo a canaleta: yo pensaba "otra cosa más en la que soy un desastre". Mi papá se dio cuenta y me dijo "si no tiras palitos no te divertís, no?" Desgraciadamente cierto.
Estoy en muchos lugares con muchas personas y al mismo tiempo no estoy en ninguno y me encuentro sola. Qué será de mi? Me ahogo! me estoy ahogando, poco a poco.
Juro que ya no sé que hacer para no necesitar vivir con la aprobación de los demás! porqué soy siempre yo la que hace todo mal? por qué? No veo que le digan algo a nadie más! Siempre me olvido y me cuelgo.
Colgarme es un gran defecto, pero es parte de mi esencia, no puedo desligarme de ellos como quien se quita un pantalón.
Me cansé  de mi y de escribir siempre sobre lo mismo!

jueves, 16 de junio de 2011

La terrible sinceridad

Leí esto en el momento justo. Se me ocurrió prestarle atención a los cuadritos que adornan las paredes de mi facultad y no pude evitar sentir que ese hombre tenía razón.
Gracias Roberto Arlt por esta terrible sinceridad



Roberto Arlt
de Aguafuertes porteñas.





Me escribe un lector: "Le ruego me conteste, muy seriamente, de qué forma debe uno vivir para ser feliz".Estimado señor: Si yo pudiera contestarle, seria o humorísticamente, de qué modo debe vivirse para ser feliz, en vez de estar pergueñando notas, sería, quizá, el hombre más rico de la tierra, vendiendo, únicamente a diez centavos, la fórmula para vivir dichoso. Ya ve qué disparate me pregunta.
Creo que hay una forma de vivir en relación con los semejantes y consigo mismo, que si no concede la felicidad, le proporciona al individuo que la practica una especie de poder mágico de dominio sobre sus semejantes: es la sinceridad.
Ser sincero con todos , y más todavía consigo mismo, aunque se perjudique. Aunque se rompa el alma contra el obstáculo. Aunque se quede sólo, aislado y sangrando. Esta no es una fórmula para vivir feliz; creo que no pero sí lo es para tener fuerzas y examinar el contenido de la vida, cuyas apariencias nos marean y engañan de continuo.
No mire lo que hacen los demás. No se le importe un pepino de lo que opine el prójimo. Sea usted, usted mismo sobre todas las cosas, sobre el bien y el mal, sobre el placer y sobre el dolor, sobre la vida y la muerte. Usted y usted. Nada más. Y será fuerte como un demonio entonces. Fuerte a pesar de todos y contra todos. No importe que la pena lo haga dar de cabeza contra la pared. Interróguese siempre, en el peor minuto de su vida, lo siguiente:
-¿Soy sincero conmigo mismo?
Y si el corazón le dice que sí, y tiene que tirarse a un pozo, tírese con confianza. Siendo sincero no se va a matar. Esté segurísimo de eso. No se va a matar, porque no se puede matar. La vida, la misteriosa vida que rige nuestra existencia, impedirá que usted se mate tirándose al pozo. La vida, providencialmente, colocará, un metro antes de que usted llegue al fondo, un clavo donde se engancharán sus ropas, y ... usted se salvará.
Me dirá usted: "¿Y si los otros no comprenden que soy sincero?" ¡Qué se le importa a usted de los otros! La tierra y la vida tienen tantos caminos con alturas distintas, que nadie puede ver a más distancia de la que dan sus ojos. Aunque se suba a una montaña, no verá un centímetro más lejos de lo que le permita su vista. Pero, escúcheme bien: el día que los que lo rodean se den cuenta de que usted va por un camino no trillado, pero que marcha guiado por la sinceridad, ese día lo mirarán con asombro, luego con curiosidad. Y ese día en que usted, con la fuerza de su sinceridad, les demuestre cuántos poderes tiene entre sus manos, ese día serán sus esclavos espiritualmente, créalo.
Me dirá usted: "¿Y si me equivoco?". No tiene importancia. Uno se equivoca cuando tiene que equivocarse. Ni un minuto antes ni un minuto después. ¿Por qué? Porque así lo ha dispuesta la vida, que es esa fuerza misteriosa. Si usted se ha equivocado sinceramente, lo perdonarán. O no lo perdonarán. Interesa poco. Usted sigue su camino. Contra viento y marea. Contra todos, si es necesario ir contra todos. Y créame llegará un momento en que usted se sentirá más fuerte, que la vida y la muerte se convertirán en dos juguetes entre sus manos. Así, como suena. Vida. Muerte. Usted va a mirar esa taba que tiene tal reverso, y de una patada la va a tirar lejos de usted. ¿Qué se le importan los nombres, si usted, con su fuerza, está más allá de los nombres?
La sinceridad tiene un doble fondo curioso. No modifica la naturaleza intrínseca del que la practica, y sí le concede una especie de doble vista, sensibilidad curiosa, y que le permite percibir la mentira, y no sólo la mentira, sino los sentimientos del que está a su lado.
Hay una frase de Goethe, respecto de este estado, que vale un Perú. Dice:
"Tú que me has metido en este dédalo, tú me sacarás de él"
Es lo que anteriormente le decía.
La sinceridad provoca en el que la practica lealmente, una serie de fuerzas violentas. estas fuerzas sólo se muestran cuando tiene que producirse eso de: "Tú que me has metido en este dédalo, tú me sacarás". Y si usted es sincero, va a percibir la voz de estas fuerzas. Ellas lo arrastrarán, quizá, a ejecutar actos absurdos. No importa. Usted los realiza. ¿Que se quedará sangrando? ¡Y es claro! Todo cuesta en esta tierra. La vida no regala nada, absolutamente. Todo hay que comprarlo con libras de carne y sangre.
Y de pronto, descubrirá algo que no es la felicidad, sino un equivalente a ella. La emoción. La terrible emoción de jugarse la piel y la felicidad. No en el naipe, sino convirtiéndose usted en una especie de emocionado naipe humano que busca la felicidad, desesperadamente, mediante las combinaciones más extraordinarias, más inesperadas. ¿O qué se cree usted? ¿Que es uno de esos multimillonarios norteamericanos, ayer vendedores de diarios, más tarde carboneros, luego dueños de circo, y sucesivamente periodistas, vendedores de automóviles, hasta que un golpe de fortuna los sitúa en el lugar en que inevitablemente debía estar?
Esos hombres se convirtieron en multimillonarios porque querían ser eso. Con eso sabían que realizaban la felicidad de su vida. Pero piense usted en todo lo que se jugaron para ser felices. Y mientras no se producía lo efectivo, la emoción, que derivaba de cada jugada, los hacía más fuertes. ¿Se da cuenta?
Vea amigo: hágase una base de sinceridad, y sobre esa cuerda floja o tensa, cruce el abismo de la vida, con su verdad en la mano, y va a triunfar. No hay nadie, absolutamente nadie, que pueda hacerlo caer. Y hasta los que hoy le tiran piedras, se acercarán mañana a usted para sonreírle tímidamente. Créalo, amigo: un hombre sincero es tan fuerte que sólo él puede reírse y apiadarse de todo.